La No-Neck Blues Band está formada por ocho miembros: se reúnen semanalmente para tocar en parques públicos, tejados, galerías de arte. No hay estructura prevista; cada uno de ellos elige el instrumento que tocará en cada ocasión. No hay repertorio prefijado, ni siquiera existen canciones tal y como las conocemos. Lo que surge de sus actuaciones, y lo que aparece en sus numerosas grabaciones, es el momento mismo, la manera en que interrelacionan dando forma a un cuerpo sonoro común. Para Dave Nuss, miembro de la banda, “lo que hacemos fluye desde nuestro interior y trata sobre cómo ponerse de acuerdo con los demás. Nuestra música no tiene nada que ver con algo que elijamos, con un propósito consciente de llegar a algún sitio prefijado”.
...Según Nuss, “ese lugar del que queremos escapar no es un lugar real. Se aloja en nuestra mente. Ninguno de nosotros piensa en sí mismo, simplemente trata de agarrarse a un impulso colectivo que surge espontáneamente. Sólo tenemos que situarnos dentro de él y dejarnos llevar”.